martes, 23 de junio de 2015

Las mujeres invisibles

La 'operación bikini' y las 'mujeres reales'. El pan nuestro de cada día, de cada verano...y de cada año, vaya. Porque con la operación bikini pasa lo mismo que está empezando a pasar con las rebajas: cada año empieza antes. De hecho, me atrevería a decir que lo único que frena a la operación bikini es la Navidad, porque es el único momento en el que nos comemos todo lo que se ponga por delante sin mucho remordimiento. 


Ya después viene la cuesta de enero en todos los sentidos, incluido en nuestro organismo, seguidamente las BBC para las que hay que cuidarse si queremos entrar en el traje, luego operación bikini durante todo el verano y al final nos plantamos en octubre donde tendremos que cuidarnos de los excesos veraniegos en los que nos hayamos olvidado de que estábamos en plena operación bikini y, ya otra vez, la Navidad. Y vuelta a empezar.


 
Pero durante este agotador proceso no hay que olvidarse de las innumerables campañas publicitarias que abogan a favor de las 'mujeres reales' y, perdonadme, pero cada vez éste es un término que se me antoja más difuso. Pero difuso, difuso. Tan difuso que empiezo a pensar que, visto lo visto, yo no soy más que un fantasmilla que vaga por ahí extrañándose de no tener todavía trabajo... ¡Tía, cómo vas a tener trabajo si no eres real! Menos mal que he empezado a asimilarlo. 
Y es que, en esto coincidiremos todos, está claro que como tal, mujeres reales somos todas. Tú, yo, nuestra vecina y también Alessandra Ambrosio. Todas somos reales. Existimos, ¿no? Pues somos reales. 
Ahora bien, esta realidad se ve muchas veces distorsionada gracias principalmente a dos factores clave: los milagrosos maquilladores que consiguen dejarte la cara sin ningún tipo de imperfección a la vista (a veces, de hecho, pareciendo otra persona) como la de este vídeo en cuestión: 



Y segundo, y éste sirve para rostro, para cuerpo entero y dentro de nada lo mismo hasta para pelar patatas, ¡a nuestra querida tecnología! Que un día decidió inventar un programa para retocar fotografías yendo bastante más allá del típico filtro sepia que podíamos comprar para nuestra cámara: el Photoshop. Gracias a este 'sencillo' programa, las personalidades que ocupan las diferentes portadas de las revistas y las vallas publicitarias que vemos everywhere, están un poco más...¿cómo podríamos decirlo? ¿Atractivas a la vista? Más brillo, colores más vistosos, más calidad de imagen... Y cero defectos. ¡CERO! 
No hace falta que os ponga vídeos como éste - que igualmente voy a poneros por gozo y disfrute propio - para que podáis apreciar las maravillas que hace el Photoshop con cualquiera que se le ponga por delante. 



Un poco más de cintura por allí, menos cadera por allá, aumento de pecho por un lado, fuera glúteos celulíticos por el otro...et voilà! Ya tenemos a nuestra perfecta portada de revista que refleja perfectamente cómo la milagrosa dieta que te estamos aconsejando, funciona que no veas. 
Gracias a Dios que ya no estamos como hace unos años y hemos visto demasiado como para no ser conscientes de que, si bien es cierto que muchas de las famosas que salen realmente tienen un cuerpo escultural, el Photoshop decora hasta límites insospechados. Y no, nadie es perfecto. Ellas, tampoco. Y los quienquiera que sean quienes establecen los cánones de belleza actuales, muy alejados de las medidas que tenemos la mayoría de mujeres de la sociedad, obviamente, tampoco. 

Por eso será que, empezando por la marca de higiene corporal Dove y acabando por lo que se os ocurra, conocidas marcas de productos de belleza o incluso firmas de moda han decidido cambiar el chip y apostar por la 'mujer real'. 


Si bien lo de Dove y alguna iniciativa similar me ha parecido siempre muy interesante (aunque apréciense aquí también que las pieles de todas ellas están demasiado bonitas para ser ciertas), la cosa ahora ya ha empezado a desastrarse y ha acabado como han querido unos cuantos, como ocurre con todo en esta vida. Con un sobrenombre que ya he comentado lo ridículo que me parece, la 'mujer real' se planta ante nosotros con metro setenta y pico de altura (como poco), unos 70-80 kg y una talla de sujetador que la gran mayoría de las mujeres no veremos en nuestra vida. Pero ey, ¡es una mujer real! 



Sin ánimo de ofender a nadie, pero una mujer de talla 44, 1'80 de altura y 80 kg de peso, no creo que represente a la mayoría de la sociedad. No está gorda, porque no podemos decir que una persona con esa altura y ese peso totalmente proporcionados esté gorda, pero sí que tiene unas medidas que no son las comunes. Pero, quitando que usen una talla mayor que las modelos a las que estábamos acostumbrados, yo no veo ninguna diferencia. Y aún menos si siguen saliendo en las revistas sin ninguna imperfección con la única excepción de que tienen unas medidas totalmente opuestas a las suyas pero que, por otra parte, también están proporcionadas si lo pensamos bien. O sea, más de lo mismo. 


Éstas son las 'mujeres reales' que nos quiere ahora introducir en la mente la sociedad en contraposición a las típicas modelos de Victoria's Secret que nos intentaban colar como 'reales' hasta la fecha. 
La pregunta es: ¿En serio? 
Entonces...¿dónde queda una persona de talla 36 con una 85 de pecho y metro sesenta de altura? ¿Y la de talla 42 con el mismo pecho que la de la 36 pero midiendo ? ¿Y la que usa una 38, una 95 de pecho y mide 1'60? Podría seguir así hasta el infinito y más allá, pero daríamos con bien pocas que se parecieran a los dos tipos de mujeres con las que se empeñan en compararnos. No me siento identificada con una modelo alta y delgada hasta llegar a veces a lo raquítico, pero tampoco con su versión exactamente igual de alta pero con más caderas, más pecho y más pierna. 

'Ni tanto, ni tan poco' como se suele decir. 

Con todo esto lo que vengo a decir (y creedme que después de soltarlo todo por aquí es como que me quedo más a gusto) es que la publicidad sigue siendo la publicidad se mire por donde se mire y nos va a seguir mostrando lo que ellos quieran y, sobre todo, como ellos quieran. De metro 80, 80 kg y grandes pechos o la versión más delgada de 60 kg, ambos tipos de mujer no se nos van a mostrar como realmente son y van a seguir teniendo una imagen distorsionada de la realidad con los mil retoques fotográficos y usos de maquillaje que se les hace. 
Cuando aparezcan tipos de mujeres como las que he puesto por ejemplo, entonces volveremos a hablar del concepto 'mujeres reales'. 

Mientras tanto, a disfrutar del verano y, si podéis y queréis, leyendo a esta humilde mujer invisible que, de cuando en cuando, se deja caer por su blog. 

See you soon! 


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